"Teniendo un padre gasolinero, no puede ser malo", soltó Pep Guardiola en la previa al desglosar la lista de virtudes de Pedro. Y el canario, en poco más de media hora, quiso homenajear a su progenitor y, de paso, al técnico convirtiéndose en el surtidor que abastace a un Barça espectacular. Dos pases suyos a Villa e Iniesta atropellaron a la Real Sociedad, sentenciaron el encuentro y propulsaron al líder hacia el derbi ante el Espanyol.
Después de un arranque entumecido, Pedro ha recuperado la musculatura de la pasada temporada. Aquella frescura que le llevó a marcar 23 goles, aunque con una diferencia: ha perfeccionado el método de asistir a sus compañeros. De momento, ya ha establecido un nuevo récord con ocho, un par más que hace un año. Una especialidad que ayer mostró con una exquisita efectividad.
Listo en los movimientos, el delantero sabe leer como pocos la partitura que Xavi, Messi, Iniesta e incluso Alves interpretan con prodigiosa habilidad. El brasileño puso la semilla del primer gol, pero fue el argentino quien, con un preciso pase con el exterior, buscó al escurridizo Pedro para que su centro lo rematara Villa, el séptimo tanto del asturiano a la Real en nueve partidos. Es curioso, la tripleta MVP del Barça ha disputado 11 partidos, los ha ganado todos y hasta ahora el canterano no había sido el asistente del asturiano. Con Messi es otra cosa, con el Balón de Oro se entienden sin mirarse. Cinco pases le ha dado Pedro y, por supuesto, Leo no ha desperdiciado ni uno. Busquets fue el otro agraciado en la Catedral del fútbol, San Mamés.
Iniesta también tiene motivos para presumir de amigo. Ideó una jugada un buen puñado de metros fuera del área, levantó la cabeza y no dudó en asociarse con el canario. Un jugador inteligente entre líneas, que ocupa espacios que nadie imagina y que resuelve cualquier situación con una técnica depurada. Dos toques fueron suficientes para que el de Fuentalbilla anotara su cuarto gol. Al retirarse, el Camp Nou premió a Pedro, que suma nueve tantos. no hay que olvidarlo, con una atronadora ovación, coreando su nombre sin cesar. Bueno, nada noticioso. No fue la primera vez. Todos recitan el once ideal y nadie olvida su nombre. No le gusta salir en las portadas pero es inevitable.
Después de un arranque entumecido, Pedro ha recuperado la musculatura de la pasada temporada. Aquella frescura que le llevó a marcar 23 goles, aunque con una diferencia: ha perfeccionado el método de asistir a sus compañeros. De momento, ya ha establecido un nuevo récord con ocho, un par más que hace un año. Una especialidad que ayer mostró con una exquisita efectividad.
Listo en los movimientos, el delantero sabe leer como pocos la partitura que Xavi, Messi, Iniesta e incluso Alves interpretan con prodigiosa habilidad. El brasileño puso la semilla del primer gol, pero fue el argentino quien, con un preciso pase con el exterior, buscó al escurridizo Pedro para que su centro lo rematara Villa, el séptimo tanto del asturiano a la Real en nueve partidos. Es curioso, la tripleta MVP del Barça ha disputado 11 partidos, los ha ganado todos y hasta ahora el canterano no había sido el asistente del asturiano. Con Messi es otra cosa, con el Balón de Oro se entienden sin mirarse. Cinco pases le ha dado Pedro y, por supuesto, Leo no ha desperdiciado ni uno. Busquets fue el otro agraciado en la Catedral del fútbol, San Mamés.
Iniesta también tiene motivos para presumir de amigo. Ideó una jugada un buen puñado de metros fuera del área, levantó la cabeza y no dudó en asociarse con el canario. Un jugador inteligente entre líneas, que ocupa espacios que nadie imagina y que resuelve cualquier situación con una técnica depurada. Dos toques fueron suficientes para que el de Fuentalbilla anotara su cuarto gol. Al retirarse, el Camp Nou premió a Pedro, que suma nueve tantos. no hay que olvidarlo, con una atronadora ovación, coreando su nombre sin cesar. Bueno, nada noticioso. No fue la primera vez. Todos recitan el once ideal y nadie olvida su nombre. No le gusta salir en las portadas pero es inevitable.
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