La exhibición azulgrana fue para Guardiola un homenaje al modelo Cruyff, el mejor anuncio posible del placer del juego. “Esto ya está, pero esto queda; especialmente, por cómo lo hemos conseguido. No es lo que hemos hecho; es cómo lo hemos hecho, sin perder las raíces. Se lo quiero dedicar a Johan Cruyff y Charly Rexach porque ellos nos enseñaron el camino”, señaló Pep.
Se acordó el técnico azulgrana del credo de su maestro, el mismo que en la Liga 1973-74 salió del Bernabéu con otra goleada, los mismos goles a favor que el lunes. Los mismos goles en contra. Pero en el estadio del máximo rival. Un triunfo expecional que agitó los corazones del hincha azulgrana. “Nuestra alegría en la cumbre”, destacaba la ‘Revista Barcelonista’, entonces. En páginas interiores ahondaba en una alegría poco habitual. “Escribimos poseidos de una satisfacción inenarrable, que hará imborrable en todos los barcelonistas, que como nosotros, estarán como enloquecidos de tanta satisfacción, la fecha del 17 de febrero de 1974”.
Fue tal la superioridad del conjunto de Michels que Molowny el técnico del Madrid reconoció que “hacía mucho tiempo que no veía un equipo tan extraordinario como el Barcelona”. Michels a su turno no disimuló su asombro con el equipo: “No sería humano que el Barcelona jugase así siempre”.
El lunes el propio Mourinho reconoció la grandeza del juego del Barcelona. Incluso la justicia del marcador. “Esta derrota es fácil de digerir. Es una derrota sin posibilidades de ganar, no de esas que te dejan con un sabor difícil de aceptar porque ha influido el árbitro o por mala suerte”, señaló. El del lunes no fue precisamente el primer 5-0 en la historia del clásico en el Camp Nou. Fue el cuarto de noches memorables para la afición azulgrana. El último precedente fue la temporada 1994-95. Con Cruyff en el banquillo. Entonces Romario vivió su mejor día con la parroquia barcelonista con una actuación de leyenda. Tres goles del brasileño en una actuación brillante de un equipo que tenía al ahora técnico azulgrana en el equipo. Cruyff tras el encuentro destacó: “Soy un hombre muy feliz. Hacía tiempo que esperaba algo exactamente igual a esto”. Johan no podía ocultar su euforía con un resultado histórico frente al gran rival y a su manera. Siendo protagonistas del balón, jugando a un toque. De Pep a Bakero. De Bakero a Stoichkov. Y de Stoichkov a Romario. “Es un orgullo que toda Europa pueda haberlo visto, Nos dará más respeto”, subrayó ‘El Flaco’.
El holandés, además, enviava una profecía que finalmente no se cumpliría: “Ahora espero que otro 5-0 no tarde veinte años en repetirse”. No fueron 20, fueron 26 hasta que el Camp Nou pudo disfrutar de un nuevo 5-0. Una manita al eterno rival y un nuevo triunfo del Pep entrenador al Madrid.
Pep, sin embargo, prefiere mantener al equipo conectado al presente. Ni hablar del legado del mejor Barça que se recuerda. Ni hablar de futuros récords. Para Guardiola, que junto a Cruyff ha conseguido está hazaña tanto de jugador como de entrenador, el equipo “tiene que abstraerse de los millones de elogios que recibiremos para ir a Pamplona. Debemos tener humildad. Dejemos que el tiempo juzgue lo que ha hecho este equipo”, sostiene.
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