Es por eso que los clubs más poderosos de Europa, ya sea por tradición o por poder adquisitivo, pretenden conseguir que Guardiola les entrene en un futuro que ellos pretenden cercano pero que, tal como funcionan las cosas en Can Barça, será muy lejano, si es que es. Y es que Pep Guardiola ya ha dicho por activa y por pasiva que sólo abandonará el banquillo del Barça el día que sienta que sus jugadores no están con él, así que, salvo sorpresa mayúscula, el horizonte se intuye plácido. ¿Qué jugador se va a desmarcar de la filosofía Guardiola si ésta le ha dado la oportunidad de engordar su currículum como nunca antes?
El Barça, presidido por Sandro Rosell, tampoco está por la labor de dejar escapar a uno de los activos más importantes de la entidad. La discreción ha sido hasta ahora el camino escogido por el club en éste y otros asuntos, pero Pep sabe de primera mano que cuando él quiera el asunto de la renovación será abordado, incluido el capítulo de la cantidad de años de prolongación de su contrato, que expira en verano.
Enero se intuye como mes tope para que las partes anuncien nuevo acuerdo
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