La bella capital de Copenhague ya está lista para asistir a uno de los acontecimientos deportivos del año: la visita del Barça. La prensa deportiva se ha volcado con la presencia del conjunto azulgrana. Como no podía ser menos, todo son parabienes para los de Guardiola, su estilo de juego, su colección de títulos y la extensa nómina de cracks que atesora en su reducida plantilla. Olvidando el pequeño borrón del meta Pinto en el Camp Nou, la capital danesa encara el trascendental enfrentamiento de esta noche como una pequeña fiesta popular. El resultado importa, y mucho ya que el Copenhague está en disposición de lograr la pequeña gesta de plantarse en los octavos de final de la Champions League, pero lo que realmente cautiva a todo el mundo es la opción de disfrutar con las diabluras de Messi sobre el césped del Parken.
El argentino está que se sale. Juega como nadie y decide como sólo él sabe hacer. No en vano presenta unos registros únicamente al alcance del mejor jugador del mundo. Leo crece y crece sin parar, nadie se atreve a vislumbrar su techo deportivo. Hace un par de temporadas firmó nueve goles en la histórica Champions que concluyó en la gran final de Roma. En la pasada edición, su balance fue más ‘discreto’ y se quedó en sólo ocho goles. Lo de esta campaña va camino de hacer añicos los precedentes. En tres partidos disputados ya ha marcado cuatro dianas -dos dobletes frente al Panathinaikos y Copenhague, casualmente-. Es cierto que el ahora jugador del Inter Samuel Eto’o está que la rompe y ha sido capaz de perforar en seis ocasiones el marco rival, pero las odiosas comparaciones del crack azulgrana siempre van encaminadas a una figura: la de Cristiano Ronaldo. Y ahí le saca los colores. Leo es regular, nunca falla mientras que el luso se mueve por rachas y a estas alturas de la liguilla de Champions sólo ha marcado un triste gol.
Lo verdaderamente importante es que Messi está en disposición de liderar a un Barça que quiere sentenciar la liguilla esta noche. El Copenhague propició un serio aviso en el Camp Nou y ya advirtió que venderá muy cara la piel en su feudo y arropado por más de 30.000 fieles. Buenas intenciones y plena confianza en asestar la gran sorpresa del grupo, pero la realidad puede ser mucho más cruda. Si el Barça practica el juego desplegado en los últimos partidos, los daneses lo pueden pasar verdaderamente mal. En cambio, si los de Guardiola andan espesos y tienen problemas para romper la zaga local, tal y como sucedió en el Camp Nou, el Copenhague puede abrir la puerta a la esperanza. Pero siempre queda Messi. El mismo Leo que desatascó el encuentro de la ida con dos puntillas letales
Y, desde entonces, no ha parado. La maquinaria anda fina, ajustada en todos sus movimientos y siempre dispuesta a sacar a sus compañeros de cualquier apuro. El argentino se ha echado el equipo a sus espaldas en los momentos delicados por los que ha atravesado en este primer tramo de la temporada. El crack no ha perdonado y en los tres últimos encuentros ha alcanzado la ducha final con dos goles en su pesada mochila. No le importa el campo, el rival o la competición puntual que dispute. Copenhague, Zaragoza o Sevilla han sido las víctimas más recientes y no se presume que sean las últimas. Sólo se ha tomado el pequeño respiro del encuentro inaugural en la presente edición de la Copa del Rey frente al Ceuta.
Tan alto rendimiento va camino de pulverizar registros de todo tipo. Las grandes cifras ya han sido ponderadas desde hace meses, pero existen otros pequeños récords que configuran el día a día y pemiten calibrar el extraordinario rendimiento de Messi vestido con la camiseta azulgrana. Por ejemplo, si Leo marca un gol esta noche en el Parken, frente al Copenhague, será el primer futbolista en alcanzar el club de las cien dianas con Pep Guardiola dirigiendo al equipo desde el banquillo. Cifras y registros de lo más curiosos y que sólo contribuyen a ensalzar el privilegio que supone disfrutar con las prestaciones de un sensacional Messi.
Copenhague vibra con la presencia del Barça. Los daneses saben que esta noche están en disposición de gozar con el mejor fútbol del momento. Los azulgrana encandilan y la sola presencia de Leo vale sacar entrada.
El argentino está que se sale. Juega como nadie y decide como sólo él sabe hacer. No en vano presenta unos registros únicamente al alcance del mejor jugador del mundo. Leo crece y crece sin parar, nadie se atreve a vislumbrar su techo deportivo. Hace un par de temporadas firmó nueve goles en la histórica Champions que concluyó en la gran final de Roma. En la pasada edición, su balance fue más ‘discreto’ y se quedó en sólo ocho goles. Lo de esta campaña va camino de hacer añicos los precedentes. En tres partidos disputados ya ha marcado cuatro dianas -dos dobletes frente al Panathinaikos y Copenhague, casualmente-. Es cierto que el ahora jugador del Inter Samuel Eto’o está que la rompe y ha sido capaz de perforar en seis ocasiones el marco rival, pero las odiosas comparaciones del crack azulgrana siempre van encaminadas a una figura: la de Cristiano Ronaldo. Y ahí le saca los colores. Leo es regular, nunca falla mientras que el luso se mueve por rachas y a estas alturas de la liguilla de Champions sólo ha marcado un triste gol.
Lo verdaderamente importante es que Messi está en disposición de liderar a un Barça que quiere sentenciar la liguilla esta noche. El Copenhague propició un serio aviso en el Camp Nou y ya advirtió que venderá muy cara la piel en su feudo y arropado por más de 30.000 fieles. Buenas intenciones y plena confianza en asestar la gran sorpresa del grupo, pero la realidad puede ser mucho más cruda. Si el Barça practica el juego desplegado en los últimos partidos, los daneses lo pueden pasar verdaderamente mal. En cambio, si los de Guardiola andan espesos y tienen problemas para romper la zaga local, tal y como sucedió en el Camp Nou, el Copenhague puede abrir la puerta a la esperanza. Pero siempre queda Messi. El mismo Leo que desatascó el encuentro de la ida con dos puntillas letales
Y, desde entonces, no ha parado. La maquinaria anda fina, ajustada en todos sus movimientos y siempre dispuesta a sacar a sus compañeros de cualquier apuro. El argentino se ha echado el equipo a sus espaldas en los momentos delicados por los que ha atravesado en este primer tramo de la temporada. El crack no ha perdonado y en los tres últimos encuentros ha alcanzado la ducha final con dos goles en su pesada mochila. No le importa el campo, el rival o la competición puntual que dispute. Copenhague, Zaragoza o Sevilla han sido las víctimas más recientes y no se presume que sean las últimas. Sólo se ha tomado el pequeño respiro del encuentro inaugural en la presente edición de la Copa del Rey frente al Ceuta.
Tan alto rendimiento va camino de pulverizar registros de todo tipo. Las grandes cifras ya han sido ponderadas desde hace meses, pero existen otros pequeños récords que configuran el día a día y pemiten calibrar el extraordinario rendimiento de Messi vestido con la camiseta azulgrana. Por ejemplo, si Leo marca un gol esta noche en el Parken, frente al Copenhague, será el primer futbolista en alcanzar el club de las cien dianas con Pep Guardiola dirigiendo al equipo desde el banquillo. Cifras y registros de lo más curiosos y que sólo contribuyen a ensalzar el privilegio que supone disfrutar con las prestaciones de un sensacional Messi.
Copenhague vibra con la presencia del Barça. Los daneses saben que esta noche están en disposición de gozar con el mejor fútbol del momento. Los azulgrana encandilan y la sola presencia de Leo vale sacar entrada.
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