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viernes, 26 de noviembre de 2010

"EL DIA QUE GUARDIOLA DEFENDIO MOURINHO"

Hubo un tiempo, ya lejano, en que José Mourinho no fue el provocador, sino el provocado. El técnico portugués, en aquellos días segundo entrenador del FC Barcelona y mano derecha de Bobby Robson, recibió un cursillo acelerado de cómo dinamitar un partido de parte de un técnico tan carismático como Luis Fernández, entrenador del Athletic Club. El Barça llegaba a San Mamés, en la jornada 13, líder e imbatido, pero se dejó la racha en la Catedral pese a avanzarse en el marcador en el primer tiempo, víctima a partes iguales de su falta de acierto, del factor campo y de los trucos del técnico francés, que desplegó todas sus artimañas para ser protagonista, para interferir tanto como pudo en el desarrollo del juego y para desviar el partido de los cauces futbolísticos normales, por los cuales entre el Barça y su Athletic no había color.

Es decir, Luis Fernández fue un precursor del propio Mourinho, que años después ha aprendido a manejar las emociones que rodean un partido de fútbol con la misma efectividad que aquel día hizo Luis. Repasando las crónicas en la hemeroteca de MD, se advierte que, cambiando el nombre Luis Fernández por el de José Mourinho, la misma redacción serviría en cualquiera de los recientes choques de sus equipos con el Barça.

Aquella noche del 23 de noviembre de 1996, sábado, Fernández recurrió a la tensión emocional para frenar a un Barça muy superior sobre el césped. Se convirtió en el jugador número doce gesticulando, entrando en el terreno de juego, protestando, presionando al árbitro y provocando a Luis Figo (entonces ídolo azulgrana), al propio Mourinho... y a Pep Guardiola.

Todos mordieron el anzuelo, especialmente el joven Mourinho, que se enzarzó en una discusión con el técnico de Tarifa de la que fue rescatado, asómbrense, por Pep Guardiola, uno de los veteranos de aquel vestuario. Mourinho, que ya mostraba maneras, manifestó tras el choque que "yo hablo de personas educadas, no de chicos", en referencia a Fernández, quien tras el partido, a pesar del testimonio de las cámaras de televisión, tuvo el cinismo de asegurar que "no he dicho nada de nada a Mourinho".

El Athletic ganó 2-0 y Mou vivió una experiencia muy valiosa. Hoy es él quien maneja el entorno, como aquella noche hizo Luis Fernández. El portugués hace años que ha pasado de ser llamado despectivamente 'traductor' a ser él quien provoca
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