Desde su debut el 1 de septiembre del año 2002 frente al Atlético de Madrid, el de L’Hospitalet ha disputado 385 partidos como azulgrana. Dentro de 25 encuentros igualará a Andoni Zubizarreta, con 410 partidos, como el cancerbero que más veces ha defendido la camiseta culé en los 111 años de historia del club.
Tras pasar por las categorías inferiores del club y hacerse un hueco en el Barça B, llegó su momento en el primer equipo bajo las órdenes de Radomir Antic durante la temporada 2002/03 pese a que tuvo que alternar sus actuaciones con Roberto Bonano. El curso siguiente, con Frank Rikjaard al mando, combinó sus apariciones con Rustu mientras que en 2004, con la confianza del holandés más que ganada, se convirtió en el portero titular del primer equipo. “En la final de París me abracé con Frank y le dije: ‘Apostaste por mí y no te has equivocado. Ahora somos campeones de Europa’”.
Desde ese momento su progresión no ha tenido fin. Y eso que con 18 años pensó en tirar la toalla. “No quería ser portero, me hacía sufrir. Tenía claro que mi carrera no iría encaminada a ser portero profesional. Pero hice terapia y vi las cosas diferentes. Desde entonces vivo la portería con pasión”, razonó.
Pese a las polémicas que han rodeado a su carrera como cuando Van Gaal lo quiso bajar de nuevo al Barça B y el de L’Hospitalet se negó, o la supuesta mala relación con otro de los porteros de la Roja, Pepe Reina, actualmente es un referente en el fútbol profesional querido y respetado por todos sus compañeros, especialmente por Andrés Iniesta, al que considera su hermano.
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