El Barça está a sólo dos partidos de meterse en la primera gran final de la temporada y prácticamente nadie en su sano juicio, salvo los jugadores y técnicos del Almería, cree que no lo conseguirá. El encuentro de esta noche requiere por ello de dos esfuerzos por parte azulgrana: el de no creerse mejores pese a serlo y el de exagerar el potencial del Almería, previo olvido de los ocho goles que les endosaron en la Liga, como vía para no caer en la prepotencia, siempre predispuesta a aparecer.
El Barça es favorito, por supuesto, pero la consigna de Pep Guardiola es saltar al campo como siempre, es decir, si exceptuamos la vuelta del Benito Villamarín (3-1), no hacer nada que no se haya hecho antes repetidamente: salir al máximo desde el minuto uno, jugar de cine y marcar todos los goles que sean posibles.
Horario maléfico
Debido al capricho de quien dirige el cotarro televisivo, el Barça deberá hacer todo lo dicho en horario nocturno (22.00 horas) lo que, sumado a que se juega en día laborable, sitúa en un dilema a muchos barcelonistas, que para más inri atienden a las previsiones meteorológicas y fruncen el ceño: "Continúa el frío polar". El objetivo que persigue el Barça, sin embargo, es demasiado potente como para quedarse en el sofá; se puede encarrilar el pase a la final de la Copa del Rey y volver a vivir una jornada histórica como la que tuvo lugar hace dos temporadas contra el Athletic en Mestalla, esta vez con el aliciente de medirse contra el ganador de la eliminatoria entre Madrid y Sevilla. Si una reedición del triplete es posible, ha de ser con el apoyo de la afición.
Pep Guardiola no podrá alinear a su once de gala, primero porque la Copa es de Pinto sin discusión y, segundo, porque esta semana coinciden en la enfermería dos pesos pesados, un Dani Alves a punto de recibir el alta y un Carles Puyol cuya lesión en la rodilla izquierda preocupa mucho. Ayer sin ir más lejos el técnico de Santpedor no disimuló su intranquilidad: "Ojalá sólo se pierda dos o tres partidos". Menos sabido es que Gerard Piqué también arrastra molestias hace días, lo que debilita la defensa azulgrana por el eje. Abidal, una vez más, acudirá al rescate, mientras que Maxwell ocupará probablemente el lateral izquierdo. De ahí hacia adelante no se adivinan sorpresas. Pese a que la Copa suele ser terreno propicio para la experimentación, la cita es demasiado seria como para incluir demasiados cambios. Así pues, lo previsible es que jueguen en el centro del campo Busquets, Xavi e Iniesta, que se encuentra en un momento de forma espectacular. Y en ataque, la delantera MVP: Messi, Villa y Pedro.
Enfrente, un Almería creciente desde que Oltra llegó por Lillo, capaz de robarle dos puntos al Madrid, primera etapa de un triplete que hoy también se juega.
El Barça es favorito, por supuesto, pero la consigna de Pep Guardiola es saltar al campo como siempre, es decir, si exceptuamos la vuelta del Benito Villamarín (3-1), no hacer nada que no se haya hecho antes repetidamente: salir al máximo desde el minuto uno, jugar de cine y marcar todos los goles que sean posibles.
Horario maléfico
Debido al capricho de quien dirige el cotarro televisivo, el Barça deberá hacer todo lo dicho en horario nocturno (22.00 horas) lo que, sumado a que se juega en día laborable, sitúa en un dilema a muchos barcelonistas, que para más inri atienden a las previsiones meteorológicas y fruncen el ceño: "Continúa el frío polar". El objetivo que persigue el Barça, sin embargo, es demasiado potente como para quedarse en el sofá; se puede encarrilar el pase a la final de la Copa del Rey y volver a vivir una jornada histórica como la que tuvo lugar hace dos temporadas contra el Athletic en Mestalla, esta vez con el aliciente de medirse contra el ganador de la eliminatoria entre Madrid y Sevilla. Si una reedición del triplete es posible, ha de ser con el apoyo de la afición.
Pep Guardiola no podrá alinear a su once de gala, primero porque la Copa es de Pinto sin discusión y, segundo, porque esta semana coinciden en la enfermería dos pesos pesados, un Dani Alves a punto de recibir el alta y un Carles Puyol cuya lesión en la rodilla izquierda preocupa mucho. Ayer sin ir más lejos el técnico de Santpedor no disimuló su intranquilidad: "Ojalá sólo se pierda dos o tres partidos". Menos sabido es que Gerard Piqué también arrastra molestias hace días, lo que debilita la defensa azulgrana por el eje. Abidal, una vez más, acudirá al rescate, mientras que Maxwell ocupará probablemente el lateral izquierdo. De ahí hacia adelante no se adivinan sorpresas. Pese a que la Copa suele ser terreno propicio para la experimentación, la cita es demasiado seria como para incluir demasiados cambios. Así pues, lo previsible es que jueguen en el centro del campo Busquets, Xavi e Iniesta, que se encuentra en un momento de forma espectacular. Y en ataque, la delantera MVP: Messi, Villa y Pedro.
Enfrente, un Almería creciente desde que Oltra llegó por Lillo, capaz de robarle dos puntos al Madrid, primera etapa de un triplete que hoy también se juega.
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