Tan bien acostumbrados están los aficionados con este Barça contemporáneo que los numerosos récords que está firmando empiezan a tomarse con insana relatividad. Esta noche puede caer otro que, por lo que significa y por el rival que puede quedar atrás, no debería tomarse a la ligera: de vencer hoy en el Camp Nou al Atlético, el equipo azulgrana habrá enlazado 16 victorias consecutivas en la Liga, proeza matemática que ningún club en toda la larga historia del torneo ha conseguido. A día de hoy, el Barça ya ha atrapado al mejor Real Madrid de todos los tiempos, el que liderado por Alfredo di Stéfano acumuló, uno tras otro, 15 triunfos en la Liga 1960-61.
Por sintetizar un poco el dilatadísimo inventario de méritos contraídos por la plantilla azulgrana desde que la dirige Pep Guardiola, además de los ocho títulos, el Barça ya ostenta otros registros que no hacen más que refrendar la excelencia que ha alcanzado su juego desde verano de 2008. La temporada pasada cerró la Liga con la máxima puntuación jamás obtenida por nadie, con 99 puntos, y esta misma campaña ha rubricado otro récord al concluir la primera vuelta liguera cosechando 52 puntos, en un promedio que, de mantenerlo hasta el final de campeonato, le llevaría hasta los 104.
De todos modos, el objetivo de este Barça, más que batir récords es jugar lo mejor que pueda para ganar todos los títulos posibles. Ese método le ha llevado a engalanar su Museu con ocho de los 10 últimos trofeos por los que ha luchado y, en la actual temporada, ya está clasificado para una final de la Copa del Rey que le enfrentará al Real Madrid el 20 de abril; aún demasiado lejos en el calendario para malgastar energías pensando en ello.
Lo más inmediato es la Liga y es el próximo partido, ante el Atlético de Madrid. Por mucho que su entrenador, Quique Sánchez Flores, confirme que su equipo llega a Barcelona "en crisis", el líder no piensa fiarse de un equipo extremista en su conducta sobre el césped y que, por ejemplo, ya lleva un montón de años dándole tantos problemas al Barcelona como facilidades al rival al que en realidad más le gustaría vencer, el Real Madrid.
Ese sobreaviso y el masivo descanso de titulares que preparó Guardiola para ventilar la semifinal de Copa el miércoles en Almería da pié a pensar que el Barça afrontará la visita del Atlético esta noche con la alineación de gala a excepción de su lesionado capitán, Carles Puyol. La ocasión de dejar atrás a una leyenda como el Madrid de Di Stéfano lo merece. Aunque lo que de verdad pone al culé hoy es irse a dormir con 10 puntos de ventaja sobre el Real Madrid de Mourinho, que recibirá mañana a la Real Sociedad.
Por sintetizar un poco el dilatadísimo inventario de méritos contraídos por la plantilla azulgrana desde que la dirige Pep Guardiola, además de los ocho títulos, el Barça ya ostenta otros registros que no hacen más que refrendar la excelencia que ha alcanzado su juego desde verano de 2008. La temporada pasada cerró la Liga con la máxima puntuación jamás obtenida por nadie, con 99 puntos, y esta misma campaña ha rubricado otro récord al concluir la primera vuelta liguera cosechando 52 puntos, en un promedio que, de mantenerlo hasta el final de campeonato, le llevaría hasta los 104.
De todos modos, el objetivo de este Barça, más que batir récords es jugar lo mejor que pueda para ganar todos los títulos posibles. Ese método le ha llevado a engalanar su Museu con ocho de los 10 últimos trofeos por los que ha luchado y, en la actual temporada, ya está clasificado para una final de la Copa del Rey que le enfrentará al Real Madrid el 20 de abril; aún demasiado lejos en el calendario para malgastar energías pensando en ello.
Lo más inmediato es la Liga y es el próximo partido, ante el Atlético de Madrid. Por mucho que su entrenador, Quique Sánchez Flores, confirme que su equipo llega a Barcelona "en crisis", el líder no piensa fiarse de un equipo extremista en su conducta sobre el césped y que, por ejemplo, ya lleva un montón de años dándole tantos problemas al Barcelona como facilidades al rival al que en realidad más le gustaría vencer, el Real Madrid.
Ese sobreaviso y el masivo descanso de titulares que preparó Guardiola para ventilar la semifinal de Copa el miércoles en Almería da pié a pensar que el Barça afrontará la visita del Atlético esta noche con la alineación de gala a excepción de su lesionado capitán, Carles Puyol. La ocasión de dejar atrás a una leyenda como el Madrid de Di Stéfano lo merece. Aunque lo que de verdad pone al culé hoy es irse a dormir con 10 puntos de ventaja sobre el Real Madrid de Mourinho, que recibirá mañana a la Real Sociedad.
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