Pep Guardiola no está dispuesto a que la resignación que se respira en la capital tras la derrota del Real Madrid en Pamplona y la reforzada confianza del barcelonismo de cara a la conquista de la Liga al verse con siete puntos de ventaja sobre el eterno rival hagan bajar la guardia a sus jugadores. Cuando apenas habían transcurrido catorce horas de un resultado que consolida al Barça en lo alto de la tabla liguera, el técnico de Santpedor hizo una llamada al orden cuando aún faltan cuatro meses de temporada, todo un mundo. Aunque Guardiola tiene fe ciega en la profesionalidad de su equipo, quiso contrarrestar el alud de comentarios de la afición del Barça que ya dan por ganada la tercera Liga seguida para mantener la intensidad que ha llevado a este equipo hasta donde está y a ser admirado en todo el mundo.
Pep aprovechó además la presencia de las cámaras de los medios de comunicación para escenificar la arenga y que ésta no quedara en la clandestinidad de la Ciutat Esportiva. "No os lo creáis", vino a ser su mensaje durante un discurso que duró seis minutos bajo la atenta y seria mirada de los jugadores. Sólo se la perdieron Puyol, Iniesta y Jeffren, en el gimnasio recuperándose de sus lesiones. Guardiola está más que orgulloso de la actitud de sus hombres y durante su alocución lo volvió a confesar pero reiteró que, aunque la posición del Barça en la Liga es privilegiada, celebrar el alirón depende de ellos. Eric Abidal lo definió muy bien dos horas después en la sala de prensa: "Guardiola nos ha dicho que hay que seguir trabajando sin mirar a los demás y, si al final no ganamos nada, será culpa nuestra".
El técnico se llevó el dedo índice a la cabeza en varias ocasiones, pidiendo concentración y frialdad siempre en un tono calmado porque no tiene nada que recriminarles pero enérgico a la vez ante la importancia de lo que se avecina. Pep fue claro: "Esta Liga no está ganada y tampoco estamos en la final de Copa". Tras el susto ante el Betis, la charla táctica para mañana en Almería está dada. Recordó que el camino a seguir es el que ha llevado a sumar 58 puntos de 63 posibles en la Liga y les avisó que nadie les regalará nada y que el triplete aún está lejos. Muy lejos.
Pep aprovechó además la presencia de las cámaras de los medios de comunicación para escenificar la arenga y que ésta no quedara en la clandestinidad de la Ciutat Esportiva. "No os lo creáis", vino a ser su mensaje durante un discurso que duró seis minutos bajo la atenta y seria mirada de los jugadores. Sólo se la perdieron Puyol, Iniesta y Jeffren, en el gimnasio recuperándose de sus lesiones. Guardiola está más que orgulloso de la actitud de sus hombres y durante su alocución lo volvió a confesar pero reiteró que, aunque la posición del Barça en la Liga es privilegiada, celebrar el alirón depende de ellos. Eric Abidal lo definió muy bien dos horas después en la sala de prensa: "Guardiola nos ha dicho que hay que seguir trabajando sin mirar a los demás y, si al final no ganamos nada, será culpa nuestra".
El técnico se llevó el dedo índice a la cabeza en varias ocasiones, pidiendo concentración y frialdad siempre en un tono calmado porque no tiene nada que recriminarles pero enérgico a la vez ante la importancia de lo que se avecina. Pep fue claro: "Esta Liga no está ganada y tampoco estamos en la final de Copa". Tras el susto ante el Betis, la charla táctica para mañana en Almería está dada. Recordó que el camino a seguir es el que ha llevado a sumar 58 puntos de 63 posibles en la Liga y les avisó que nadie les regalará nada y que el triplete aún está lejos. Muy lejos.
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