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lunes, 21 de marzo de 2011

"EL BARÇA DICE BASTA"


Primero Pep Guardiola y, horas después, Sandro Rosell gritaron "basta". Cada uno a su manera, pero evidenciando que el acoso al que se está sometiendo al Barça, con los árbitros, con el calendario o con el doping ha rebasado el límite. Para empezar, porque ese acoso se basa en mentiras como la del Villarato. Si no, sus mentores ¿cómo se las ingeniarán para explicar este dato?: el Barça es el equipo más ofensivo del mundo, el que más goles mete, el que más llega al área... y el vicecolista en la tabla de penaltis a favor de la Liga. Apenas le han pitado dos penaltis a favor en toda la Liga, uno más que a Almería y Levante.
El Real Madrid, el club que más se ha quejado de los arbitrajes, oficialmente o a través de sus altavoces mediáticos, ha podido tirar ya 8 penaltis. Además, lidera holgadamente el balance penaltis a favor/penaltis en contra, con un +6. El Barça, que ha sido castigado con tres penaltis, ocupa la zona baja de esa tabla, con un diferencial de -1. De los dos penaltis que he tenido a favor el Barça, el primero llegó ante Osasuna (0-3), en el minuto 82, ya con 0-2 en el marcador. El segundo fue ante el Racing en el Camp Nou (3-0), cuando el Barça ya ganaba por 1-0. De los tres con que ha sido penalizado, dos pudieron cambiar el signo del partido: ante el Racing en Santander (0-3), en el minuto 33 con 0-2 en el tanteador, y frente al Athletic (2-1) en el Camp Nou, que supuso el 1-1 a 40 minutos del final.
Nada nuevo bajo el sol: ya en la Liga anterior, la 2009-2010, 8 penaltis del Madrid por 3 del Barça. Por eso, encima tener que oír campañas como la del Villarato, explica la reacción de Sandro Rosell tras el Barça-Getafe. "Hay gente que quiere ganar fuera del campo", clamó el presidente culé
Contragolpe institucional a las calumnias
El Barça ha rematado fuerte, con precisión, contundente y desde todos los ángulos a lo largo de una semana muy complicada. Las insinuaciones de dopaje, en una de las más sucias maniobras mediáticas empleadas contra la imagen y el nombre del Barça, han sido respondidas día a día desde el pasado lunes, bien desde la maquinaria institucional o bien por boca de alguien representativo del club en cada uno de sus estamentos. El Barça ha dado una imagen de gran fortaleza, de bloque, como si una forma de intuición colectiva azulgrana hubiera apreciado desde el primer minuto que el ataque era de los peores, envenenado, múltiple y muy peligroso.
La reacción, unánime, ha sido de unión ante el enemigo, cada cual desde su papel pero de forma coordinada, sumando esfuerzos para evitar fisuras en el contragolpe. Sólo muy pocos han caído en la trampa de perder de vista la magnitud y la gravedad del ataque para entretenerse en analizar más la forma que el fondo, rotundo y concluyente, con que tanto junta, vestuario, técnico y afición han replicado a tanta calumnia.
Nadie del Barça ha dado una sóla excusa o justificación. No ha habido más punto de partida, y de final también, que la denuncia frontal e inequívoca de la mentira. Como era previsible, tras exigir la rectificación el Barça pasó a la acción judicial, el único camino posible. El vestuario, magnífico, ha replicado con la peor de las amenazas: "Esto hace sentirnos más unidos y más fuertes", han dicho los jugadores para complacencia de Pep, que sabrá dosificar esta inyección de rabia para los 'clásicos' que vienen. "El club lo ha hecho bien", añadió Guardiola para que el presidente, a su debido tiempo, estableciera los límites de la santa paciencia del Barça. Tolerancia cero con las trampas.



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