Si algo ha demostrado Carles Puyol desde que se puso por primera vez la camiseta blaugrana es su enorme capacidad de sacrificio y su carácter casi épico que le convierte en un auténtico ídolo para un buen puñado de generaciones que han disfrutado de su talante. Estamos hablando de un profesional que en el filial llegó a jugar con la muñeca rota y que en el primer equipo se llegó a partir la cara hasta el punto de tener que jugar varios partidos con una máscara de plástico como si se tratara del `Fantasma de la Ópera¿.
Esta temporada la épica vivirá un capitulo más al ver a Carles Puyol en el once que saltará al nuevo Wembley para jugar la final de Champions ante el Manchester United. Y no lo decimos simplemente por el esfuerzo sobrehumano que está soportando el capitán en los últimos meses por culpa de su rodilla izquierda sino porque le prometió a Guardiola que estaría en los partidos importantes y lo ha cumplido con creces. Estuvo en tres de los cuatro clásicos contra el Real Madrid ¿solo se perdió la final de Copa¿ y ahora volverá a repetir en la final.
Puede que no esté al cien por cien, pero el jugador no se perderá esta cita ineludible. Y su acto cobrará tintes titánicos porque el capitán pasará con casi toda seguridad por el quirófano nada más acabar la final para solucionar sus problemas en la rodilla izquierda. El prestigioso cirujano Ramón Cugat, que será el responsable de la operación, ya ha marcado en su agenda dos posibles días para intervenirle en la clínica Dexeus: el martes 31 de mayo o el jueves 2 de junio.
La operación es considerada por los expertos como relativamente sencilla y poco intrusiva, ya que consistirá en una artroscopia para limpiar su rodilla izquierda y acabar de acondicionar su vasto externo, la clave de todos los males. En principio el tiempo de baja será de un mes y medio, por lo que podría empezar la pretemporada, fijada para el 15 o el 18 de julio, sin mayores contratiempos.
Lo que está claro es que Puyol tendrá que olvidarse de unas vacaciones normales porque tendrá que echarle horas y coraje en su recuperación para lograr decir definitivamente adiós a sus problemas en la rodilla izquierda que le han marcado, y mucho, esta temporada. El jugador fue el primero en dar el visto bueno a la operación, puesto que no quiere volver a pasar por lo que ha vivido este año. Por su parte, los servicios médicos del club apoyan al 100% su decisión, mientras que es el propio Dr. Cugat quien considera que el quirófano es la solución más conveniente.
El central, tras dejar el campo al descanso del Barça-Racing del pasado 22 de enero, tuvo que someterse a varias pruebas que confirmaron que sufría una tendinopatía en el vasto externo de la rodilla izquierda. Estuvo casi tres meses parado en los que se marcaron varias fechas para su reaparición. La primera fueron los octavos de la Champions ante el Arsenal, pero la recuperación no fue la esperada y Puyol tuvo que esperar hasta el 16 de abril para volver.
Fue en el Real Madrid-Barça de Liga, cuando un golpe de efecto de Pep Guardiola, le colocó en el once inicial en el Bernabéu. El esfuerzo valió la pena, pero la rodilla sigue sin estar recuperada al cien por cien. De ahí que el de La Pobla no haya vuelto a entrenar con normalidad y siga un plan específico. El objetivo, ahora, es única y exclusivamente la final de la Champions. En condiciones normales, la mejor opción sería parar, pero este no es un partido cualquiera. Puyol volverá a forzar en Wembley y será solo después cuando se plantee la posibilidad de pasar por quirófano.
No será la primera vez que Puyol no tiene vacaciones a causa de una lesión. Ya le ocurrió en verano de 2007 cuando se lesioón durante un amistoso en Sudáfrica y tuvo que pasar por el quirófano por una rotura del ligamento lateral externo de la rodilla izquierda. Tuvo que pasarse mes y medio recuperándose de la lesión para enlazar con el inicio de la temporada. El episodio volverá a repetirse ahora y Puyol volverá a dar una muestra incondicional de compromiso hacia unos colores.
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