La cultura de los campeones se adorna de muchos detalles que explican su admirable magnificencia. El triunfo es sólo la consecuencia última. En Wembley, el Barça exteriorizó esos valores que le han proporcionado un éxito eterno. El todos para uno y el uno para todos. La capitanía de Abidal fue el ejemplo más elogiado. Hubo otros también visibles. Y más que se desgranarán con el tiempo
Abidal, capitán
Puyol y Xavi idearon el gesto más emotivo que se recuerda en una final. Le entregaron el brazalete de capitán a Abidal para que fuera el primero en alzar la copa. Fue el homenaje de la plantilla por los duros momentos que pasó cuando le detectaron un tumor en el hígado. Si alguien se preguntaba el significado de la frase "Los valores del Barça", ya tiene la respuesta.
Va por Miki
El segundo noble gesto de Puyol fue lucir en la zona mixta una camiseta de apoyo a su amigo Miki Roqué, el jugador del Betis recientemente intervenido de un tumor en el sacro, y en la que podía leer "Ánimo Miki".
La rabia de Messi en el gol
Nunca antes de Wembley, ni en la final del Mundial de clubs de 2009 cuando marcó con el escudo, Messi había festejado un gol con tanta rabia. Enloqueció, corrió hasta la esquina chutando un micrófono de ambiente y dando un puntapié a la publicidad estática. Quizá pensaba en alguien.
Un MVP para el MVP
Goles de los tres, de Messi, Villa y Pedro (98 goles esta temporada) pero por ejecución y estética, 'El Guaje' marcó uno de los goles más vistosos que se recuerdan en una final. Frenando en seco el balón con la planta de pie y sin tomar carrerilla, lo incrustó con efecto por la escuadra. Van der Sar no lo olvidará.
El abrazo de Pep
Pep se abrazó con todos, uno a uno, con alegría, eufórico. Sólo una excepción: Abidal. Fueron unos pocos segundos, tiempo para que sus ojos se humedecieran y brillaran. No hacía falta decir nada más.
La asistencia de Valdés
Víctor Valdés también preparó su particular reconocimiento a Zubi vistiendo en la final una camiseta de color verde. Luego, se la firmó con una dedicatoria especial y se la entregó. De gran portero a gran portero.
El balón de Busquets
Lo primero que hizo Busquets cuando oyó el pitido final fue quedarse con el balón. Ya que lo tenía en el pie... Lo escondió en la barriga, debajo de la camiseta. Después se lo dio a su padre, Carles, que hizo lo mismo. Quizá fue siguiendo el ritual iniciado en 1992 con el Drem Team.
La Sardana mecánica
Empieza a ser una tradición. Es lo que tiene ganar 10 de 13 títulos. La plantilla y todos los componentes del cuerpo técnico formaron un redondel en el centro del campo juntando las manos. Una circular satisfacción.
En el cielo de Wembley
También es característico ver volar a Pep sobre el cielo de los estadios. Un manteo a múltiples manos que propician fotografías espectaculares. La diferencia es que, cada vez, bate un nuevo récord de altura. Cuidado.
Pasillo al ManU
No es normal ver que al campeón rendir tributo al perdedor con un pasillo. Pero el Barça ha aprendido a ganar pero también está preparado para saber perder. La indiferencia de los vencedores duele más que un gol. Ver a Sir Alex Ferguson, a Rooney, a Chicharito atravesando agradecidos el cordón humano enorgullece aún más a los barcelonistas.
El souvenir de Piqué
Como en 2009 en Roma, se llevó la red de una de las porterías. No un trozo, no, toda. Con paciencia infinita, la recortará y la regalará a la plantilla, a los amigos y a Shakira. Moc, moc.
Homenaje a la samba
Con la marcha de Ronaldinho, la samba no se ha apagado. Adriano, Thiago y Alves se marcaron un baile sobre el césped que ya ha dado la vuelta al mundo. Y, encima, imitando al inolvidable 'Ronnie'.
Villa y su amigo Reina
'El Guaje' se lo dedicó a toda su familia pero también tuvo un recuerdo para los hijos de su amigo Reina, quien fue a saludarle a pie del autocar. Quien tiene amigo, lo tiene todo.
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