L os culés están de enhorabuena. Don Andrés, el héroe de Stamford Bridge que abrió la puerta a los históricos seis títulos en el primer año y medio de Pep Guardiola en el banquillo, ha vuelto de forma espectacular. Su arranque de temporada no ha podido ser mejor y justo cuando se cumplen ocho de su debut oficial con el primer equipo blaugrana parece disparado a demostrar que su mejor versión aún está por llegar.
Su calvario arrancó en el último tercio de la temporada 2008-09. Una lesión muscular sufrida en el partido en el que se frustró el alirón liguero ante el Villarreal fue el origen de los problemas. Su compromiso con el club le llevó a jugar lesionado en la final de Roma y, pese a no poder ni chutar a puerta, fue decisivo para levantar el título ante el Manchester United. El jugador pagó el esfuerzo y pasó “el peor verano de mi vida”, como él mismo confesó, antes de afrontar la siguiente problema.
A Andrés le costó mucho arrancar en la campaña 2009-10 y necesitaba cambios en su preparación para ganar en confianza. Los preparadores del club le hicieron cambiar algunos hábitos para prevenir su musculatura. El centrocampista realizó un trabajo más específico en zonas de riesgo y, por ejemplo, potenció los estiramientos. Otro aspecto de su físico que potenció fue el tren superior. Iniesta empezó a realizar dos sesiones semanas de musculación con la intención de fortalecer su cuerpo y no ser tan frágil. Ello se traducía en el campo con menos caídas y mayor resistencia ante la brusquedad que podría ser víctima por parte de los rivales.
El jugador siguió a rajatabla el plan y se cuidó al máximo. Por ello, la rabia volvió a apoderarse de él cuando en el último tercio de la pasada temporada volvió a lastimarse y se perdió la semifinal de la Champions ante el Inter de Milán. Andrés luchó al máximo para recuperarse a tiempo en caso de acceder a la final del Bernabéu. El manchego logró su propósito, pero el Barça no pudo con los italianos. De todos modos, el futbolista fue recompensado participando en el partido del alirón ante el Valladolid.
Otra gran suerte para recuperarse de tantos infortunios ha sido contar con un entorno muy favorable. Su familia siempre ha estado a su lado desde que se trasladó a Sant Feliu de Llobregat y gracias a su pareja Anna ha encontrado una estabilidad que le hace sentir muy feliz. El próximo año estrenará paternidad en un nuevo paso que reafirmará su madurez personal.
El grupo de amigos y compañeros también le han ayudado en todo momento a sobreponerse. Los otros capitanes del equipo, Puyol, Xavi y Víctor Valdés, han estado siempre muy cerca de él, de la misma manera que otros miembros del vestuario como el recuperador Emili Ricart, el jefe de relaciones externas, Manel Estiarte o el responsable de la atención al jugador, Pepe Costa, si bien por encima de todos predomina la figura de Pep Guardiola. El de Santpedor le ha arropado de forma incondicional y siempre le ha demostrado una confianza infinita. Guardiola ha sido clave para impedir que el jugador pudiera venirse abajo cuando las lesiones le maltrataban.
A nivel médico, el doctor Ramon Cugat ha sido otra de las figuras claves en su recuperación. El galeno le ha hecho un seguimiento constante y uno de sus consejos primordiales fue que se levantara siempre con una sonrisa, con ganas de trabajar y así le resultaría más fácil sobreponerse.
Un mensaje de optimismo que ha recibido desde Barcelona y también desde la Federación Española. Los culés pueden estar más que tranquilos por el trato que reciben sus futbolistas cuando están en la selección. Vicente del Bosque los trata a todos con mucha atención y se ha centrado especialmente en el caso de Iniesta. Con independencia del estado físico en que se encontrara a lo largo de la pasada campaña, el salmantino siempre contó con él y le transmitió que sería clave en el Mundial. Incluso, Fernando Hierro viajó a Barcelona para expresarle la máxima confianza.
En Sudáfrica, Andrés prácticamente no entrenó. Sólo jugaba y realizaba recuperación para cuidar sus piernas y respondió marcando el gol de la final en Johannesburgo. Su éxito en la cita mundialista fue el espaldarazo definitivo que necesitaba para enterrar las dificultades anteriores. De las lesiones no quedan ni rastro en un principio de temporada en el que ha asumido el papel de líder.
Sus buenas prestaciones le han llevado a ser titular en todos los partidos de Liga y Champions. En total, Iniesta ya acumula 986 minutos, mientras que la pasada campaña sólo había jugado 503. El jugador disfruta de continuidad y explica que “me siento fino, lo que no era normal era lo del año pasado. Cuando estás bien físicamente puedes sacar tu mejor juego”.
El de Fuentealbilla está como un tiro y su moral se refuerza no sólo en su entorno, sino cuando el Barça juega a domicilio. Las ovaciones ya son una tradición más del campeonato.
Su calvario arrancó en el último tercio de la temporada 2008-09. Una lesión muscular sufrida en el partido en el que se frustró el alirón liguero ante el Villarreal fue el origen de los problemas. Su compromiso con el club le llevó a jugar lesionado en la final de Roma y, pese a no poder ni chutar a puerta, fue decisivo para levantar el título ante el Manchester United. El jugador pagó el esfuerzo y pasó “el peor verano de mi vida”, como él mismo confesó, antes de afrontar la siguiente problema.
A Andrés le costó mucho arrancar en la campaña 2009-10 y necesitaba cambios en su preparación para ganar en confianza. Los preparadores del club le hicieron cambiar algunos hábitos para prevenir su musculatura. El centrocampista realizó un trabajo más específico en zonas de riesgo y, por ejemplo, potenció los estiramientos. Otro aspecto de su físico que potenció fue el tren superior. Iniesta empezó a realizar dos sesiones semanas de musculación con la intención de fortalecer su cuerpo y no ser tan frágil. Ello se traducía en el campo con menos caídas y mayor resistencia ante la brusquedad que podría ser víctima por parte de los rivales.
El jugador siguió a rajatabla el plan y se cuidó al máximo. Por ello, la rabia volvió a apoderarse de él cuando en el último tercio de la pasada temporada volvió a lastimarse y se perdió la semifinal de la Champions ante el Inter de Milán. Andrés luchó al máximo para recuperarse a tiempo en caso de acceder a la final del Bernabéu. El manchego logró su propósito, pero el Barça no pudo con los italianos. De todos modos, el futbolista fue recompensado participando en el partido del alirón ante el Valladolid.
Otra gran suerte para recuperarse de tantos infortunios ha sido contar con un entorno muy favorable. Su familia siempre ha estado a su lado desde que se trasladó a Sant Feliu de Llobregat y gracias a su pareja Anna ha encontrado una estabilidad que le hace sentir muy feliz. El próximo año estrenará paternidad en un nuevo paso que reafirmará su madurez personal.
El grupo de amigos y compañeros también le han ayudado en todo momento a sobreponerse. Los otros capitanes del equipo, Puyol, Xavi y Víctor Valdés, han estado siempre muy cerca de él, de la misma manera que otros miembros del vestuario como el recuperador Emili Ricart, el jefe de relaciones externas, Manel Estiarte o el responsable de la atención al jugador, Pepe Costa, si bien por encima de todos predomina la figura de Pep Guardiola. El de Santpedor le ha arropado de forma incondicional y siempre le ha demostrado una confianza infinita. Guardiola ha sido clave para impedir que el jugador pudiera venirse abajo cuando las lesiones le maltrataban.
A nivel médico, el doctor Ramon Cugat ha sido otra de las figuras claves en su recuperación. El galeno le ha hecho un seguimiento constante y uno de sus consejos primordiales fue que se levantara siempre con una sonrisa, con ganas de trabajar y así le resultaría más fácil sobreponerse.
Un mensaje de optimismo que ha recibido desde Barcelona y también desde la Federación Española. Los culés pueden estar más que tranquilos por el trato que reciben sus futbolistas cuando están en la selección. Vicente del Bosque los trata a todos con mucha atención y se ha centrado especialmente en el caso de Iniesta. Con independencia del estado físico en que se encontrara a lo largo de la pasada campaña, el salmantino siempre contó con él y le transmitió que sería clave en el Mundial. Incluso, Fernando Hierro viajó a Barcelona para expresarle la máxima confianza.
En Sudáfrica, Andrés prácticamente no entrenó. Sólo jugaba y realizaba recuperación para cuidar sus piernas y respondió marcando el gol de la final en Johannesburgo. Su éxito en la cita mundialista fue el espaldarazo definitivo que necesitaba para enterrar las dificultades anteriores. De las lesiones no quedan ni rastro en un principio de temporada en el que ha asumido el papel de líder.
Sus buenas prestaciones le han llevado a ser titular en todos los partidos de Liga y Champions. En total, Iniesta ya acumula 986 minutos, mientras que la pasada campaña sólo había jugado 503. El jugador disfruta de continuidad y explica que “me siento fino, lo que no era normal era lo del año pasado. Cuando estás bien físicamente puedes sacar tu mejor juego”.
El de Fuentealbilla está como un tiro y su moral se refuerza no sólo en su entorno, sino cuando el Barça juega a domicilio. Las ovaciones ya son una tradición más del campeonato.
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