Johan Cruyff dijo un día que el fútbol son detalles. Hablemos pues de un detalle del partido Barça-Real Madrid, ese partido al que cuando yo era un niño siempre se le llamaba “derby” y ahora se le llama “clásico”.
Esto de las transmisiones por la tele es fantástico. Los realizadores son tan buenos que pillan miles de detalles. El otro día hubo uno bueno: Pepe preguntándole a Pedrito: “¿Y tú quien eres?”. Me dio la sensación de que le escupió la pregunta, llena de desprecio. Feo.
En fín, que al parecer Pepe no conoce a Pedrito, así que con su permiso, les voy a presentar al que yo conozco.
De entrada, es un futbolista inmenso (eso, Pepe deberías saberlo, chato), un chaval que ha sabido trabajar su talento de tal manera que hoy lee los desmarques de Messi, hace la pared con Xavi o encuentra como tercer hombre a Iniesta. ¡Y píllalo si puedes! Rápido, listo, dos piernas… y si se tercia, de cabeza. Palabras mayores; Pedro es uno de esos futbolistas que, si no existiera, alguien debería inventarlo. Un genio con sabor de pueblo. Juega de delantero en el Barcelona y no le va mal: últimamente ha ganado ocho títulos en 24 meses, a saber: una Champions League, el Mundial de Clubes, dos Ligas BBVA, una Supercopa de Europa, dos de España y una Copa del Rey. Ah, y el Mundial con España en Surafrica. Lo jugaron los dos, Pedro y Pepe, Pepe y Pedro. Se vieron en octavos. Ganó Pedró, como de costumbre.
Como el lunes, sin ir más lejos, el día que Pedro pudo responder a Pepe con otra pregunta: “¿Y tú? ¿con quién has empatado tú?”. Pedro no lo hizo, siguió jugando; es un gran tipo. Y valiente. A los 15 años, Pedrito se enfrentaba a señores de 40 en la Tercera canaria. ¡Era tan pequeño que le llamaban “la mascota”! Nunca tuvo miedo, nunca se quejó de una patada y aunque decidiera el partido, nunca se hizo el chulito: se reía tan feliz como es ahora cuando mete un gol en el Camp Nou. Al Real Madrid, por ejemplo.
Pedro es un tipo osado al que Guardiola solo le pide que se atreva, que lo intente. Y lo intenta, vaya que si lo intenta. No para.
Pedrito tampoco tuvo miedo el día que se fue de Abades, su pueblo; tenía que estudiar tercero de BUP pero hizo las maletas, se abrazó a sus padres, miró la casita blanca donde se crió y se piró. Luego, lloró en silencio. Por no molestar…
Para que entendiera quién es Pedrito y cómo es, a Pepe le hablaría de sus padres, de los de Pedrito, que le sacaron adelante a él y a sus dos hermanos, buscándose la vida, en una obra, en el huerto o haciendo camas en un hotel. Lo que hiciera falta. Además, le enseñaron a Pedrito cosas que no se pueden comprar con dinero.
Pedro, que no habla por no molestar, que ríe siempre, que creció educado y estudioso, es un tipo más honrado que la madre que le parió, que ya es decir. A su manera, es tan currante y luchador como sus padres, y yo diría que tan buena gente, pero a ellos no les conozco. Es colega de Jeffren, de Busi, de Gabi -el utilero-, de Bojan… Juega en el Barça, con Maxwell y con Villa… ¿Villa sabrá Pepe quién es, no?
Hay mucha gente que asegura que Pepe es buena gente. No le conozco, pero va siendo hora de que lo demuestre en el campo.
Por cierto, para ir acabando: ¿alguien me puede decir con quién ha empatado Pepe?
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