"REFORZAR LA PLANTILLA,PERO NO A CUALQUIER PRECIO"

Reforzar la plantilla, sí. A cualquier precio, no. Éste es el mensaje que ha transmitido Josep Guardiola a los responsables del área deportiva blaugrana del primer equipo antes de marcharse de vacaciones. El primer equipo necesita tres o cuatro fichajes de primer orden para poder atender con garantías todos los frentes competitivos de la temporada 2011-12 y Pep tiene muy definidos qué futbolistas serían los ideales para reforzar determinadas posiciones y ofrecer más variantes tácticas.

Pero eso no quiere decir que el club tenga que entrar en una subasta interminable con otros clubs o que cada contratación se deba convertir en un culebrón sin solución. El técnico le ha ratificado nuevamente que está en absoluta sintonía con la política del club y las decisiones que tomen al respecto Josep Maria Bartomeu y Andoni Zubizarreta, encaminadas a pagar un precio ajustado por los futbolistas y no protagonizar una subasta.

Hasta el momento, todos los procesos de negociación se han visto ralentizados por las elevadas pretensiones económicas de todos los clubs. Si en los casos de fichajes de futuro, como Andrada, José Ángel o Araujo, el Barça ha tenido que detener las negociaciones, en los refuerzos de primer orden la situación no es diferente.

Así, la contratación de Alexis Sánchez, que parecía la más adelantada, se ha visto frenada al combinarse las peticiones del Udinese (50 millones de euros) con la oferta del Manchester City, algo superior a la blaugrana. El Barça pone sobre la mesa 28 millones, a los que se unirían otros conceptos como cinco millones más en variables en función del rendimiento del futbolista si se viste de blaugrana, cuatro más en el que se estimaría el valor de traspaso de un joven canterano, la participación en el Trofeu Joan Gamper y la disputa de un segundo amistoso.

La situación es muy similar en el caso de Giuseppe Rossi, otro jugador que se contemplaba como un excelente refuerzo para la delantera blaugrana pero que se ha encontrado con el obstáculo de las exigencias económicas del Villarreal. Mientras que el Villarreal pide 30 millones de euros por el pase del delantero italo-norteamericano, sin ningún tipo de condicionantes, el Barça pone sobre la mesa 17 millones a los que se podrían añadir hasta otros diez millones más, en función de diferentes conceptos como objetivos y títulos. Las diferencias son tan acusadas en este caso que las negociaciones se han quedado absolutamente estancadas por el momento pese a que el futbolista deseaba dar el salto al Camp Nou.

Y después está el caso de Cesc Fàbregas un futbolista que es considerado como imprescindible de cara al futuro a medio plazo por sus características tan determinadas. El problema vuelve a ser el mismo; el capitán del Arsenal desea regresar al Barça y desde la entidad londinense Arsène Wenger le ha asegurado que está dispuesto a aceptar su salida. Sin embargo, los 40 millones que reclaman los `gunner¿ es vista desde las oficinas de Arístides Maillol como una barbaridad.

Zubizarreta y Bartomeu tienen al tanto de todas las novedades a Guardiola que es consciente de que la economía del club no está capacitada para soportar grandes apretones. Es más, ni el técnico ni el club quieren entrar en una política de fichajes que implique un despilfarro absurdo teniendo en cuenta que hablamos de la plantilla campeona de Europa, por más que todos reconozcan que es demasiado corta.

Por tanto, la consigna que han asumido todos en 'can Barça' es paciencia y trabajo pero sin ponerse presiones añadidas que solo jugarían a favor de los clubs vendedores. El hecho de que los jugadores quieran vestirse de blaugrana es un factor que a la larga podría jugar a favor de Guardiola.