Cesc Fàbregas ya está en Londres, donde el Barça espera que cumpla con lo que desde el entorno del propio jugador se ha venido filtrando los últimos días y comunique a Arsène Wenger su deseo de no entrenar más con el Arsenal. El técnico alsaciano quiere evitar a toda costa un plante de su capitán, lo que la afición 'gunner' interpretaría como un desafío al Arsenal que Wenger no podría permitirse pasar por alto. Por lo tanto, intentará convencerle para que esté mañana en la primera sesión de entrenamiento de la pretemporada. Hoy, la plantilla 'gunner' se someterá a las tradiocionales revisiones médicas y a los tests físicos previos al inicio de los entrenamientos.
Mañana, Wenger quiere que Cesc se presente en el inicio de los entrenamientos, por una cuestión que se ha convertido en casi personal y para meter más presión al Barça. El club azulgrana necesita contar con la complicidad del jugador para que el culebrón tenga final feliz. El compromiso de Guardiola con el jugador sigue vigente, por lo tanto el club espera que ese compromiso sea recíproco.
El paripé de Londres
Después de haber tomado la decisión de no presentarse a los entrenamientos, Cesc Fàbregas estaría ahora (siempre según fuentes próximas al jugador) replanteándose su actitud. El último parte dibuja un escenario en el que Fàbregas se presentaría en la apertura de la pretemporada (el Arsenal se va de gira el próximo día 11) por petición expresa de Wenger, para evitar ser declarado en rebeldía, pero no se entrenaría con sus compañeros, sino que lo haría por su cuenta.
Fàbregas no quiere escenificar una ruptura traumática con el Arsenal, club con el que siempre se sentirá en deuda, pero por otro lado no puede fallar al Barça si su deseo sigue siendo recalar en el Camp Nou. La actitud de Wenger encierra algo más que una simple pose de cara a la galería. El Arsenal juega a obtener la cifra de traspaso más alta posible y está desplegando una estrategia de presión al Barça que incluye incluso una oferta fantasma del Real Madrid, convenientemente hecha pública por Sky Sports y no desmentida, naturalmente, ni por el Madrid ni por el Arsenal.
La oferta azulgrana
Se trata, básicamente, de aprovecharse de los sentimientos de Cesc hacia el Arsenal para forzar una situación en la que el Barça tenga que aumentar su oferta, extremo al que el club barcelonista no va a llegar. La oferta es de 35 millones y en 35 se va a quedar. A partir de ahí, o el Arsenal se aviene a escuchar la petición que se supone hará su capitán o éste no jugará como azulgrana en el Camp nou.
Pase lo que pase, hoy empieza una semana que para bien o para mal será definitiva. Ni el Barça esperará eternamente ni cometerá una locura que, por otro lado, no puede permitirse por la delicada situación económica que atraviesa. Esta vez Cesc sí está ante una semana decisiva.
Mañana, Wenger quiere que Cesc se presente en el inicio de los entrenamientos, por una cuestión que se ha convertido en casi personal y para meter más presión al Barça. El club azulgrana necesita contar con la complicidad del jugador para que el culebrón tenga final feliz. El compromiso de Guardiola con el jugador sigue vigente, por lo tanto el club espera que ese compromiso sea recíproco.
El paripé de Londres
Después de haber tomado la decisión de no presentarse a los entrenamientos, Cesc Fàbregas estaría ahora (siempre según fuentes próximas al jugador) replanteándose su actitud. El último parte dibuja un escenario en el que Fàbregas se presentaría en la apertura de la pretemporada (el Arsenal se va de gira el próximo día 11) por petición expresa de Wenger, para evitar ser declarado en rebeldía, pero no se entrenaría con sus compañeros, sino que lo haría por su cuenta.
Fàbregas no quiere escenificar una ruptura traumática con el Arsenal, club con el que siempre se sentirá en deuda, pero por otro lado no puede fallar al Barça si su deseo sigue siendo recalar en el Camp Nou. La actitud de Wenger encierra algo más que una simple pose de cara a la galería. El Arsenal juega a obtener la cifra de traspaso más alta posible y está desplegando una estrategia de presión al Barça que incluye incluso una oferta fantasma del Real Madrid, convenientemente hecha pública por Sky Sports y no desmentida, naturalmente, ni por el Madrid ni por el Arsenal.
La oferta azulgrana
Se trata, básicamente, de aprovecharse de los sentimientos de Cesc hacia el Arsenal para forzar una situación en la que el Barça tenga que aumentar su oferta, extremo al que el club barcelonista no va a llegar. La oferta es de 35 millones y en 35 se va a quedar. A partir de ahí, o el Arsenal se aviene a escuchar la petición que se supone hará su capitán o éste no jugará como azulgrana en el Camp nou.
Pase lo que pase, hoy empieza una semana que para bien o para mal será definitiva. Ni el Barça esperará eternamente ni cometerá una locura que, por otro lado, no puede permitirse por la delicada situación económica que atraviesa. Esta vez Cesc sí está ante una semana decisiva.
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